“La sociedad nos ha dado la oportunidad de demostrar que podemos ser mejores; la oportunidad de confirmar que podemos ser el partido que Yucatán necesita. Si defraudamos esa esperanza, nuestra estancia en el poder será efímera”
Ivonne Ortega Pacheco
Un ganador sabe cuándo pelear y cuando llegar a un acuerdo. Un perdedor llega a un acuerdo cuando no debe y pelea por cosas que no valen la pena. Cada día es una batalla vital, y es muy importante que peleemos por cuestiones importantes, sin desperdiciar el tiempo con asuntos insignificantes.
Una vez más con motivo de la donación de los terrenos que ocupan las casas habitación del fraccionamiento “Vivah” a los vecinos como paso previo a la escrituración, los integrantes del cabildo demuestran lo mucho que se han deteriorado las relaciones entre los regidores del PRI y los del PAN.
Desde el inicio de la administración el alcalde dio muestras de intolerancia y falta de oficio político, al tratar de reprimir las críticas de los regidores del PAN y reclamar sus declaraciones a la prensa, tratar de obtener unanimidad en la votación del cabildo es ingenuo cuando se tienen regidores de oposición. El papel de los regidores de oposición es mantener el equilibrio en las decisiones del alcalde, quien cuenta siempre con el apoyo de los regidores de su partido.
Quién ganó las elecciones, ejerce el cargo de presidente municipal y cuenta además con la mayoría de regidores, debe privilegiar la política en su trato con sus iguales, y no ignorar a los regidores de oposición quienes obtuvieron el voto de 14 mil ciudadanos, apenas 900 menos que el PRI.
La falta de oficio político cuando es necesario tomar acuerdos por votación calificada, cuando se requiere la aprobación de las dos terceras partes de los regidores, cuando no bastan los regidores del PRI, repercute en los ciudadanos. Ahí está el caso del Proyecto Kikil, y ahora del fraccionamiento “Vivah”. No se le puede culpar a los regidores de oposición, mucho menos ejercer presión sobre ellos manipulando a los ciudadanos como en los dos casos mencionados.
Déseles pues su lugar y estoy seguro que cambiarán su actitud. Respétese la Ley de Gobierno de los Municipios del Estado de Yucatán, privilégiese la política y no la politiquería. Bienvenida la oposición, de los colores que fuera, que permite evitar el ejercicio del poder absoluto y los sueños dictatoriales. Ojala que estén a tiempo de restañar las heridas antes que sea demasiado tarde.
Los ciudadanos nunca veremos bien la coacción, el cohecho, la cooptación, o lo que es peor la traición a los principios de alguno de los regidores de oposición. Por el contrario apoyaremos el diálogo entre regidores, el acuerdo en beneficio de la comunidad, y la información de cara a la sociedad.
Recurrir al mayoriteo priísta del congreso del estado, para aprobar la donación de los terrenos del fraccionamiento “Vivah” de Tizimín, pasando por encima de la Ley de Gobierno de los Municipios del Estado de Yucatán y del 115 constitucional, es reconocer la incapacidad del cabildo para llegar a consensos en beneficio de la ciudadanía que los eligió, sean de uno u otro partido. Craso error de llegar a extremos.
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