Llama a concientizar casa por casa, barrio por barrio, colonia por colonia y pueblo por pueblo, sobre las graves consecuencias de la privatización de Pemex.
Discurso del presidente legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, en la Asamblea Nacional Informativa para la Defensa del Petróleo, realizada en el Zócalo, este 13 de abril de 2008.
Nuestro movimiento avanza con serenidad y optimismo porque tenemos la razón y el tiempo lo ha venido demostrando. Este movimiento de hombres y de mujeres libres y concientes tiene a su favor el hecho indiscutible de que hablamos con la verdad, ante un adversario que ha optado por el camino trillado de la simulación y del engaño.
En la lucha emprendida en la defensa del petróleo, poco a poco hemos venido poniendo al descubierto a quienes, movidos por la codicia y el afán de lucro, pretenden despojar al pueblo de México de su patrimonio. Fuimos los primeros en denunciar que se fraguaba un gran atraco a la nación. Dijimos con mucha claridad que querían privatizar la industria petrolera y llamamos a debatir a quienes consideramos los principales promotores de este acto de felonía y de traición a la patria.
Ninguno de ellos respondió abiertamente; como siempre, le encargaron la palabra a sus incondicionales y lanzaron otra más de sus campañas mediáticas contra nosotros. Nos acusaron de que alucinábamos, que veíamos fantasmas, que luchábamos contra molinos de viento, que queríamos notoriedad para nuestros fines políticos y se dedicaron a exclamar: ¿Cuál privatización? ¿Cuál reforma? ¿Cuál iniciativa?
Cuando dimos a conocer que preparaban el video del llamado “tesoro escondido en las aguas profundas”, primero lo negaron y luego, cínicamente, lo lanzaron al aire, pretendiendo engañar al pueblo de México. A partir de entonces, empezaron a manejar eufemismos para tratar de ocultar la privatización que estaban fraguando. Usaron todos los términos y frases, habidas y por haber: asociación, alianzas, acompañamiento, apertura, maquila, permisos, contratos de riesgo, contratos de servicios múltiples, contratos con terceros, contratos de servicios ampliados, autonomía de gestión; en fin, todo lo que les ayudara a disimular sus verdaderas intenciones.
Luego, ya de plano, se arrancaron la máscara y se exhibieron sin tapujos: el miércoles pasado el presidente usurpador mandó sus iniciativas de reforma energética al Senado, y ya es innegable su deseo de privatizar la totalidad de la industria petrolera nacional. Lo que estaba claro quedó clarísimo: quieren consumar una de las más grandes afrentas que haya padecido el pueblo de México en toda su historia. Esto explica el nerviosismo que mostró Calderón cuando apareció en cadena nacional, informando sobre su propuesta. Por eso sudaba y se mostraba inseguro. En su interior sabía que está muy cerca del papel que jugó, en su tiempo, Antonio López de Santa Anna.
¿Cómo se traducen y qué significan realmente estas reformas? Lo que quieren es modificar leyes secundarias que violan la letra y el espíritu del artículo 27 Constitucional. Están proponiendo otorgar permisos a extranjeros y privatizar la exploración, la perforación, la refinación, la petroquímica, el transporte, los ductos y el almacenamiento de petrolíferos. Pretenden dejar a Pémex como simple abastecedora de petróleo crudo.
Nos quieren quitar la posibilidad de utilizar todo el potencial del sector energético para llevar a cabo el desarrollo económico independiente que necesita nuestro país. Nos quieren condenar a que sólo vendamos materia prima y nunca podamos utilizarla para producir nosotros mismos la gasolina, los productos petroquímicos y la energía eléctrica, y con ello, industrializar a México, crear empleos, fortalecer nuestro mercado interno, reducir los precios al consumidor del gas, la luz y las gasolinas, y sobre todo, elevar los niveles de bienestar de nuestro pueblo.
Por si fuese poco, proponen un andamiaje legal que no sólo otorga derechos a extranjeros y nos obliga a someternos a tribunales internacionales, sino que le permite a los más altos funcionarios públicos actuar con manos libres para hacer jugosos negocios y elevar a rango supremo la corrupción en Pémex. Por ejemplo, están contemplando que no haya licitaciones públicas y que se entreguen contratos de obras y servicios por asignación directa; es decir, Calderón, Mouriño, Elías Ayub y otros podrán seguirse despachando con la cuchara grande.
Aquí sólo quiero recordar los siguientes hechos irrefutables y los enumero:
1. El primer contrato de servicios múltiples que se otorgó violando la Constitución a una empresa extranjera se suscribió cuando Felipe Calderón fue secretario de Energía y presidente del Consejo de Administración de Pemex. El día 14 de noviembre de 2003, sin que hubiera participado en la licitación ninguna otra empresa, se entregó a Repsol de España un contrato por 2 mil 437 millones de dólares, para explotar yacimientos de gas en la Cuenca de Burgos. Contrato que, por cierto, se encuentra en litigio en los tribunales, por inconstitucionalidad.
2. Recientemente, la Auditoría Superior de la Federación denunció un daño patrimonial a Pemex cuando Calderón era secretario de Energía y presidente del Consejo de Administración de Pemex, por haber vendido a bajo precio bonos de las acciones que Pemex posee en Repsol. Cabe señalar que meses después esas acciones aumentaron su valor, por lo que se registró una pérdida patrimonial para Pemex por 655 millones de dólares.
3. Está plenamente demostrado que Juan Camilo Mouriño, actual secretario de Gobernación, es un traficante de influencias confeso: aceptó de manera cínica haber firmado contratos con Pemex para beneficio de su empresa familiar. Y es necesario decir que ante este evidente caso de impunidad, nuestros detractores de la televisión y de la radio, que gritan contra nosotros, se han quedado callados como momias.
4. También tenemos pruebas de que el contrato que otorgó la Comisión Federal de Electricidad a Repsol, sin que hubiese otra oferta, por 21 mil 650 millones de dólares para la compra de gas del Perú, y cuya ganancia será de 15 mil millones de dólares, fue autorizado desde Los Pinos, en 2007, cuando Juan Camilo Mouriño era coordinador de la Oficina de la Presidencia.
5. Por si fuese poco, obran en nuestro poder, pruebas que demuestran que desde antes de que enviara sus reformas al Senado y de que apareciera Calderón hablando de los bonos petroleros que supuestamente serán adquiridos por el pueblo, ya los banqueros de México y los especuladores financieros daban a conocer de manera confidencial a los principales integrantes de sus gremios los pormenores de este asunto. Es decir, por anticipado y con información privilegiada, los banqueros y los especuladores financieros ya se están frotando las manos.
Como es evidente, detrás y adelante del afán privatizador está la voracidad de una minoría de políticos corruptos y de algunos potentados nacionales, asociados con empresas extranjeras.
Éstas son las razones que nos han llevado a oponernos a la privatización del petróleo. Esto es lo que explica el porqué de la resistencia civil pacífica. Afortunadamente, pudimos prever lo que vendría y hemos aprovechado el tiempo, no sólo para denunciar la intención del despojo, sino para organizarnos e impedirlo.
El pasado jueves, en forma coordinada y simultánea, comenzaron las acciones de resistencia civil pacífica.
La primera medida la tomaron los senadores al ocupar la tribuna de ese recinto legislativo. Y de inmediato hicieron lo propio, en apoyo a sus compañeros, los diputados del Frente Amplio Progresista. Todo esto fue acompañado por la acción extraordinaria y ejemplar de las mujeres brigadistas que participan activamente en la defensa del petróleo, quienes a su vez fueron respaldadas por los hombres que forman parte de las brigadas de la Ciudad de México y del municipio de Ecatepec, del Estado de México.
Hemos contado con la solidaridad de muchos mexicanos, mujeres y hombres libres y concientes. Por eso no han podido destruirnos políticamente. Aquí repito lo que decía el presidente Juárez: “con el pueblo todo, sin el pueblo nada”. En eso radica nuestra fuerza.
Con las primeras acciones de resistencia civil pacífica y con el apoyo de muchos otros, incluso de aquellos con los que tenemos algunas diferencias, pero con los que coincidimos en la defensa del petróleo, hemos logrado alejar el riesgo del albazo legislativo. No olvidemos que querían, como lo hicieron con la Ley del ISSSTE, aprobar al vapor las reformas de Calderón sobre el petróleo. Pero la acción oportuna de nuestros legisladores y de las brigadas lo ha impedido. Y es casi un hecho que no podrán, en este periodo de sesiones que termina el 30 de abril, aprobar las iniciativas entreguistas.
Sin embargo, no podemos confiarnos. Sabemos cómo piensan y cómo actúan nuestros adversarios, pero sobre todo sabemos que es mucha su avaricia.
Aquí quiero dejar en claro cuál es nuestra principal demanda en estos momentos. Lo que queremos es algo totalmente racional, pacífico y posible; racional, pacífico y posible. Estamos exigiendo que se convoque a un debate nacional, plural y democrático con toda la sociedad. Un debate sin prisas, no simulado, abierto a todas y a todos los que tengan algo que decir. En el entendido de que el petróleo es de todos los mexicanos y, por lo tanto, todos tenemos derecho a opinar.
Puede ser que los senadores y diputados tengan la última palabra, pero la primera palabra la tendrá siempre el pueblo de México. No podemos aceptar que algunos quieran robarse el patrimonio de todos los mexicanos, y mucho menos a espaldas del pueblo.
Amigas y amigos:
En tanto no haya respuesta a nuestra petición de que se lleve a cabo un amplio debate nacional sobre el petróleo y lo que implica en cuanto a soberanía, historia, legalidad, corrupción, desarrollo, bienestar y paz social, nosotros continuaremos con la resistencia civil pacífica.
El martes de la semana próxima, vamos a estar atentos a lo que suceda en la Cámara de Senadores y de ello dependerán las acciones que llevemos a cabo.
También les propongo que todos los brigadistas de los estados, mujeres y hombres, así como quienes se quieran sumar de manera voluntaria, nos dediquemos a informar al pueblo de México y dar a conocer nuestras razones y las gravísimas consecuencias de la privatización de la industria petrolera.
Para ello, a partir de la semana próxima, vamos a distribuir una carpeta con la información básica que servirá de herramienta a los brigadistas y a los ciudadanos, para ir a concientizar casa por casa, barrio por barrio, colonia por colonia y pueblo por pueblo. Ante el cerco informativo, cada uno de nosotros será un medio de comunicación. Ante el engaño y la manipulación, nos haremos cargo de abrirle paso a la verdad.
También les propongo, porque las circunstancias lo ameritan, que el domingo próximo haya asambleas informativas en todas las principales plazas del país. Estas reuniones serán convocadas por la Comisión Nacional en Defensa del Petróleo y por los Comités de Defensa del Petróleo de los estados. Hago un llamado de nuevo para no caer en ninguna provocación. Este movimiento ha sido, es y seguirá siendo pacífico.
Amigas y amigos:
Como lo sabíamos y lo habíamos previsto, a partir del pasado jueves se intensificó la campaña en contra de nosotros, en la mayoría de los medios de comunicación. Se nos echaron encima con todo. Con gran hipocresía se han dedicado a rasgarse las vestiduras y a atacarnos y a ofendernos de manera vulgar. En medio del griterío ¿qué es lo que se alcanza a escuchar, qué es lo que alegan? Veamos: dicen que nuestros legisladores secuestraron al Congreso.
La pregunta es: ¿Qué acaso un senador o diputado puede permitir con los brazos cruzados que se viole la Constitución, cuando ha jurado respetarla y hacerla cumplir? ¿Qué acaso no son realmente los poderosos, los potentados de este país, los que tienen tomadas las instituciones para su beneficio personal? ¿Qué acaso no han convertido al gobierno de la República en un comité al servicio de unos cuantos? ¿Con qué autoridad moral hablan de democracia, cuando ellos mismos han venido reconociendo públicamente que se robaron la Presidencia de la República, “haiga sido como haiga sido”?
Dicen que hay que apegarse a los procedimientos legales, pero deliberadamente olvidan que la mayoría de los ministros de la Suprema Corte de Justicia no son más que encubridores de políticos corruptos y de delincuentes de cuello blanco.
Claro que sabemos cuál es el procedimiento legal ante una violación a la Constitución. Claro que podemos acudir a la Corte para presentar un recurso de inconstitucionalidad. Pero no somos ingenuos. Desgraciadamente, esa institución, como es de dominio público, sólo sirve para legalizar los despojos que cometen los poderosos.
En la mayoría de los medios de comunicación, en la radio y la televisión, los conductores también vociferan que tenemos secuestrado el Congreso. ¿Qué acaso no son ellos los acaparadores de la palabra, de la información y los más tenaces manipuladores de la opinión pública? Desde aquí les decimos que no nos detendrán con sus campañas de odio y de linchamiento político. Debe saberse que nada nos llevará a convertirnos en cómplices del atraco al pueblo y a la nación.
Este movimiento está integrado por mujeres y por hombres dignos que no se miden con el rasero de la política tradicional, sino con el de la historia. En la vieja política, en donde todos los intereses cuentan, menos el interés del pueblo, la mujer y el hombre público deben ajustarse a las reglas del juego: no pueden ejercer a plenitud su libertad, no pueden reflexionar en voz alta, están obligados a cuidar su imagen para no afectar su carrera y a someterse al código que exigen los intereses creados.
El caso de nosotros es distinto. Para nosotros, lo más importante es mantener nuestra dignidad y nuestros principios. Nos mueven ideas y convicciones, no meros intereses políticos. Aquí insisto: no importa que al final de esta jornada patriótica nos desgastemos políticamente si logramos mantener bajo el dominio de la nación la explotación y el aprovechamiento de nuestro petróleo.
A diferencia de la derecha que lo deshumaniza todo y en pos de lo material actúa con irresponsabilidad e intolerancia. Nosotros tenemos nuestra conciencia tranquila. Nosotros sabemos lo que es el amor al prójimo. Sabemos que amar es luchar por los demás y respetar al diferente. Y también sabemos que la paz es fruto de la justicia y de la libertad. Sabemos que arrebatar jamás trae nada bueno. Y precisamente por eso sostenemos que el despojo del petróleo creará un ambiente de insatisfacción y farsa, y viviremos los mexicanos en constante riesgo de confrontación interna y amenazas de conflictos con el extranjero. En suma, porque queremos vivir en paz es que estamos defendiendo el petróleo.
Amigas y amigos:
Se trata de crear una nueva política, sustentada en principios, en valores morales y en el respeto al pueblo, y donde prevalezca el interés general por encima de los intereses particulares.
En este camino hacia una nueva forma de hacer política, nos ha tocado enfrentar al poder autoritario, ejerciendo un contrapoder que nos da la autoridad moral y el apoyo del pueblo.
Por ejemplo, en el Congreso de la Unión, los legisladores del Frente Amplio Progresista no tienen el poder cuantitativo de los votos, pero la defensa de causas justas les confiere un importante poder moral, cualitativo: el poder del veto, el poder de oponerse y, en última instancia, el derecho a ejercer la resistencia civil pacífica, cuando sus argumentos no son considerados para la toma de decisiones que atañen al pueblo y a la nación.
El contrapoder está, también, en no entrar al juego del sistema, de la política tradicional que ha imperado, por mucho tiempo, en nuestro país, donde todo se resuelve por arriba, en las cúpulas, sin tomar en cuenta los sentimientos y las necesidades de las mayorías.
Amigas y amigos:
La historia nos enseña que los avances de justicia, libertad, democracia y soberanía sólo se han logrado cuando el pueblo, los obreros, los campesinos, los indígenas, los estudiantes, las mujeres, se han movilizado en contra de los opresores nacionales o extranjeros.
Sólo el pueblo puede salvar al pueblo, sólo el pueblo puede salvar a la nación.
Sigamos luchando juntos para defender las aspiraciones libertarias y de justicia del pueblo de México.
¡Viva la Resistencia Civil Pacífica! ¡Vivan las mujeres brigadistas! ¡Vivan los hombres brigadistas! ¡Vivan nuestros legisladores! ¡Viva México!
Servicio Informativo ISA
Información Solidaria Alternativa
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